*** Rincón de los pEnSªMiEnTºS ***

Este es simplemente un rincón para botar esos pensamientos que a veces nos rellenan la mente y no tenemos dónde dejarlos... ¿por qué publicarlos? No sé, quizá puede servirle a alguien. Y de paso, puedo saber lo que piensan ustedes de lo que pienso yo. =)

20.3.06

Meet The Gorditos



A la izquierda, la Marce. El Flaco, mi hermano, de puro colado (aunque en realidad parece que era su cumple). Pablito, la Amparo y Daniel, mi padrino.

Conozcan a Los Gorditos. Más de alguna vez he hablado de ellos en algún post, haciendo referencia a algún carrete familiar probablemente, o a nuestro viaje en conjunto a Cancún. Bueno, ellos son como mi segunda familia.

Todo partió porque cuando mi papá era chico e iba al Colegio Concepción se hizo amigo del Daniel. Dice la leyenda que tenían cuatro años o algo así. Y bueno, se hicieron muy, muy amigos. Así fueron creciendo, juntos. Peluseaban bastante, por lo que cuenta la mamá del Daniel. Por ejemplo, mi Abu -la madre de mi padre- era profesora de castellano en el Colegio Concepción. Las malas lenguas dicen que Daniel y mi papá (no lo creo!!!) trataron de pelarse unas pruebas de castellano... dicen.

Haciendo un fast forward, mi papá se casó con mi mamá y un añito más tarde nací yo. La Susy, la hermana de mi mamá, fue designada para ser mi madrina. Y Daniel, mi padrino. Automáticamente, entre mi mamá, mi papá y Daniel dejaron de tutearse para empezar a decirse "usted". Y ya no fueron más Héctor o Titín o Tito, ni Cecilia ni Daniel, sino "comadre" y "compadre". Y yo que siempre le he dicho Daniel al Daniel...

Más tarde el Daniel se casó con la Marce, alias Marcela loca. Y como mi madrina, la Susy, vivía en Santiago, la Marce en parte asumió ese rol. Eso quiere decir que me daba chicles a escondidas de mi mamá y que lo pasábamos muy bien juntas. Más tarde crecí, y empecé a apreciar las bondades de la música. Es por eso que hasta el día de hoy vez que puedo me voy con la Marce en el auto. Siempre hay excelente música, y velocidad. Se pasa bien arriba de su auto. Además, se puede fumar.

Un nuevo integrante se sumó cuando nació el Pablito, el hijo mayor de la Marce y Daniel. Es un niño exquisito, simpático, muy inteligente y cariñoso. La cosa se puso a reventar cuando nació la Amparito (o el Amparito, como le decían mis hermanos). Mis padres fueron designados como los padrinos y ya todo quedó en familia. Ahora todos son "la comadre" y "el compadre". Y la familia Alister-Gallegos se autodenomina "Los Gorditos".

- Aló Daniel, ¿cómo están todos?

- Bien Laurita, acá estamos Los Gorditos, es su respuesta clásica.

Mientras que la Marce se lleva regio con mi papá y cocinan y en general hacen toda la actividad, mi mamá y Daniel se sientan a conversar. Conversaciones que invariablemente terminan en una entretenida discusión en la que Daniel molesta a mi mamá y le dice "La Perla" o alguna cosa por el estilo. Realmente muy entretenido. Mi mamá y la Marce casi no tienen gustos similares -excepto Serrat- y si una dice blanco la otra dice negro. Pero se quieren mucho. Y mi papá y Daniel ni hablar, son los mejores amigos. Daniel es muy gracioso porque es asquiento, y si alguien toma de su vaso él nunca más lo toca. Tampoco le gusta mucho que le hagan cariño o lo abracen, cosa que mis hermanos y yo hacemos por odiosear.

Y lo mejor de todo es que ahora la casa nueva que tenemos en Conce está a una casa de la de ellos. Es muy entretenido. Si antes se juntaban ene, imagínense ahora. Cada vez que llamo y pregunto alguno de los niños me dice "están al lado". Y por supuesto, no hay vacaciones en Pucón sin Los Gorditos. El verano pasado fuimos todos juntos a Cancún. Si yo voy a Conce y no los veo, entonces no fue un viaje completo. Porque crecí con ellos, los quiero mucho, estoy muy acostumbrada a estar con ellos y siempre los echo de menos.

Y bueno, esa es la linda historia de esta segunda familia. Yo a ellos los adoro, a todos. A Daniel, que sé que aunque no le gustan los cariños nos adora; a la Marce, con las tallas que hacemos, cuando nos vamos cantando, con sus abrazos; al Pablito, que cuando chico me sapeaba cuando me desvestía pero que es un encanto; a la Amparito, que me hace jugar a las Bratz y peinarlas y hacer collares, pero si es con ella me entretengo... Debo decir que tengo mucha suerte. No sólo tengo una tremenda familia, maravillosa, espectacular, sino que además me tocó en suerte una segunda fenomenal. Aunque creo que todos juntos hacemos una gran familia.

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