Cinco cosas que no puedo dejar de hacer

Ok. Hay cinco cosas que debo hacer antes de que mi vida llegue a su fin. Como espero que eso no pase hasta muchooo tiempo más, aún tengo varios años para hacerlas.

1.- Irme a vivir a París. No sé por cuánto tiempo, ni cómo, ni en qué fecha. Simplemente sé que es una necesidad para mí el irme a vivir a la ciudad luz. O sea, desde chica que vengo escuchando que Francia acá, que París allá... y la verdad es que cuando estuve allá, no me quería venir. Si hubiese podido me habría quedado allá de todos modos. Es que es una ciudad demasiado hermosa. Realmente... cuando estuve allá sentí que era mi lugar, que allí pertenecía, me sentía tan bien hablando francés todo el día, escuchando a la gente hablar en ese idioma, sintiéndome parte de ellos, viviendo en esa diversidad cultural. Además, me trataron tan bien que sólo puedo pensar en volver.

2.- Tener un hijo. Yo sé que esto es algo que la Marce no va a entender, porque según ella nunca tendrá hijos (as if!!!). Pero a veces veo guaguitas en la calle, tan hermosas, tan pequeñas, que sólo quiero tener una. Un bebé para entregarle todo mi amor, cuidarlo, amamantarlo, contarle historias y cantarle. Un hijo o hija que crezca a mi lado, que me demuestre la capacidad de amar que tengo, que me haga derretirme cuando me diga mamá, cuando empiece a caminar, cuando comience a balbucear los primeros sonidos... que acuda a mí cuando tenga un problema, que se hunda en mis brazos... que pueda disfrutar de unos tremendos abuelos como estoy segura que van a ser mis papás... Quizá es que sólo quiero darle a alguien lo que ellos me han dado a mí, sólo quiero que alguien se sienta tan amado como me siento yo... no sé. Pero es así.

3.- Llevarme a La Madre a vivir a París. No me pregunten cómo, porque no tengo idea. Pero alguna vez le prometí a la mamá que iba a llevarla a vivir conmigo a París. Así es que esto complementa el punto uno. Además, cuando estuve allá fue con ella y estoy segura que ha sido por lejos la mejor decisión que he tomado. Estoy cierta de que si viviéramos allá las dos, sería el paraíso. Aunque a veces le digo que no la voy a llevar ni a la esquina, la verdad es que creo que París sin ella no sería lo mismo. Y como me queda tiempo, me las arreglaré para que pase un tiempo junto a mí. No mucho, porque sino a El Padre le puede dar un ataque.

4.- Escribir un libro. Ahí estoy, dale que dale hace años con la idea. El primer borrador de mi libro se fue junto con mi disco duro cuando éste se quemó, años ha, cuando estaba en el colegio. Creo que eso me traumó, porque desde entonces he estado muy prolífera en cuentos, pero no en libros. Cada vez que empiezo me tupo y termino dejándolo. Pero espero que algún día fluya. La idea está ahí. Sólo falta que salga.

5.- La casa de los sueños. A veces a los papás les da miedo que cuando sean viejos sus hijos los abandonen. O se olviden de ellos. Y es que han visto tanta cosa que tienen razones de sobra para asustarse. Pero yo les he dicho más de una vez que me encantaría vivir con ellos. Ya sé, puede sonar mamón, pero no me importa. Soy tan feliz con la familia que tengo... sé que mis hermanos algún día emigrarán (el Flaco ya está en cuarto medio, horror!). Y que los papás tienen energía de sobra para irse a recorrer el mundo. Pero cuando se cansen, cuando quieran estar en casa, quisiera que se fueran a la mía. Por supuesto esto incluye que el futuro marido o whatever sea comprensivo, pero seguro que La Madre y El Padre sabrán conquistarlo. Me gustaría que haya una biblioteca, donde la mamá pudiera ir a leer a un cómodo sillón (conmigo, of course). Y un buen equipo de música para que el papá se siente a escuchar lo que quiera. Y una pieza para ellos, para que se queden cuando quieran, el tiempo que quieran. Me encantaría.
"On a toujours bien travaillé, on a souvent eu peur de pas y arriver... maintenant qu'on est tout les deux si l'on pensait a être heureux".. Y ahí va a estar mi casa, para que sean felices.