(Not) A fairy tale
Hace poco leí una frase que me quedó dando vueltas. La leí varias veces y no me la pude sacar de la cabeza, así es que para expulsarla, la escribo aquí.
" Se trataba de esto, amigo mío, ¿verdad? Es el amor que ha venido... no como usted lo imaginaba, vestido con todas sus galas y alegre, sino triste y con los pies ensangrentados".
Me chocó la frase porque pienso que es cierto. Uno siempre se imagina al amor -al menos nosotras las mujeres, formadas en la tradición de los inexistentes y perfectos príncipes azules, de los besos que despiertan mujeres de sueños de eternidad, de luchas con dragones por el Amor, así con mayúscula- como algo que llega a alegrar, vestido de colores brillantes, alegre, luminoso, casi con una orquesta de fondo.

No sé qué me dio por pensar estas cosas, pero me pareció que era una reflexión interesante de compartir. Y ustedes, ¿qué piensan? ¿Viene siempre el amor vestido de tules, espumoso y con una sinfonía de colores? ¿O puede venir a veces gris y cansado, triste? ¿O es una condición sine qua non que el amor sea alegría? ¿Deja de ser hermoso porque no es el despliegue de rosas que uno imaginó? Yo creo que no, pero seguramente puedo estar equivocada.